Escribo la siguiente idea dando seguimiento a la sopa de letras
descontroladas.
La originalidad como origen de la expresión artística.
La originalidad, expresión inevitable del pensamiento humano, llamado por la
creatividad, por una exigencia interior de marcar la diferencia a la
abstracción de la realidad, por modificar de forma constante el camino, e
incluso para encontrar nuevos caminos, la originalidad como forma de expresión
del pensamiento, como mero pensar.
La idea trae consigo el pensamiento, la razón, la idea que se genera sin
fines de imitar cobra forma y esa forma es original, por nacer del ser y cada
ser es diferente, cada idea es diferente cuando se gesta en una mente, pero no
es solo el hecho de ser diferente a la idea (similar) en otra mente, sino que
es diferente al resto de ideas generadas. La originalidad entonces resulta un
ejercicio del pensamiento, que como cualquier ejercicio tiende a fortalecer, en
este caso, a la mente y al mecanismo de transformación de las ideas en actos,
pero sobre todo, a la inspiración que trae esas ideas, de tal forma que una
mente ejercitada genera mayor cantidad de ideas originales y esto se retribuye
en un pensamiento más focalizado, con mayor razón.
La originalidad trae consigo la expresión artística, un arte revolucionario,
de tendencia al movimiento a la superación de los momentos presentes de los
actos establecidos como estándares culturales y artísticos. Un acto de arte original,
y por ende un acto humano originalidad se aleja de la pretensión, pues nace de
la pura concepción del individuo y de la persona que gesta la idea hasta
lograrla en acto, es así que el acto original se transforma, sin
premeditaciones, en un acto violento de transformación, pues se suscita como un
hecho inmediato que ante el espectador se vuelve un hecho violento, se
transforma en un cuerpo arrojado al lecho del abismo, un abismo que se
manifiesta en el presente del espectador.
¿Cómo muere la originalidad?
La originalidad no es algo que se consiga de inmediato, pese a que nace de
manera natural requiere de alimentación, de práctica, de un talento natural,
pero aquello no es fácil, para ello falta alejarse de las distracciones
sociales, y en el caso contrario, el de su muerte, requiere de una suma mínima
de distracciones sociales, de problemas personales, de entrar en la generalidad
y el mecanicídio de la cotidianidad.
¿Qué se busca con la muerte de la originalidad?
Una cantidad menor de pensadores es una cantidad menor de personas
dispuestas a preguntar por qué, de juzgar con razón lo que sucede a su
alrededor, las sendas que se le han impuesto, los límites y las libertades que
le son dadas por la autoridad. Una mente que cuarta su pensamiento y que más
allá de eso, se une al pensamiento generalizado, acepta las ideas de una manera
más fácil, no se obliga a pensar, a asimilar, ni siquiera intenta comprender lo
que pasa a su alrededor, las noticias publicadas en los medios de difusión se
vuelven comida procesada, comida enlatada y reproducida al por mayor, en las
facilidades domésticas de las personas.
El pensamiento generalizado mata la creatividad, mata la originalidad y por
ende mata toda expectativa de arte, lo cual se resume en la caída del espíritu,
pese a ello el hombre controlado, el hombre que cede su creatividad necesita
del arte, y para ello, para un pensamiento reducido y generalizado bastan unas
cuantas imágenes en alta definición y lo que hoy en día se conoce como el seudo-arte,
el cine comercial, los programas y series repetitivos y sin profundidad, sin
trama, música pegajosa de coros repetitivos, y expresiones que no implican que
el cerebro se desgaste que el cerebro vaya más allá buscando dentro de las
capas del guion y las fotografías, que vaya dentro de la trama y se encuentre
con el abismo de los personajes, que intente descubrir ritmos e instrumentos
que parecen ocultos y que son el secreto de una buena melodía.
Conclusión.
La reducción del pensamiento en el individuo y el cese de la intención artística
de una población provocan la carencia de espíritu, la reducción de su
inteligencia y de su expectativa, la visión del mundo se vuelve algo plano,
busca una sola finalidad, hay un solo camino y aquel órgano atrofiado, como
todo lo que no se ejercita, termina muriendo tras calambres, termina siendo de
una flaqueza tal que al mirar en retrospectiva, se vuelve una tarea casi
imposible el volver a usar ese músculo, ese miembro tan importante, de tal
forma, la muerte de la originalidad en la población, es el camino hacia el
pensamiento generalizado, la muerte de todo ojo crítico, la aceptación de un
camino único, la unidimensionalidad
(controlada) del individuo y por lo tanto de una sociedad, y aún peor que eso,
la muerte de la originalidad de una población es la muerte del cerebro de esa
población.