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Fi (4) OP (2)

4.4.15

Matar la originalidad de una población.


Escribo la siguiente idea dando seguimiento a la sopa de letras descontroladas.

La originalidad como origen de la expresión artística.

La originalidad, expresión inevitable del pensamiento humano, llamado por la creatividad, por una exigencia interior de marcar la diferencia a la abstracción de la realidad, por modificar de forma constante el camino, e incluso para encontrar nuevos caminos, la originalidad como forma de expresión del pensamiento, como mero pensar. 

La idea trae consigo el pensamiento, la razón, la idea que se genera sin fines de imitar cobra forma y esa forma es original, por nacer del ser y cada ser es diferente, cada idea es diferente cuando se gesta en una mente, pero no es solo el hecho de ser diferente a la idea (similar) en otra mente, sino que es diferente al resto de ideas generadas. La originalidad entonces resulta un ejercicio del pensamiento, que como cualquier ejercicio tiende a fortalecer, en este caso, a la mente y al mecanismo de transformación de las ideas en actos, pero sobre todo, a la inspiración que trae esas ideas, de tal forma que una mente ejercitada genera mayor cantidad de ideas originales y esto se retribuye en un pensamiento más focalizado, con mayor razón.

La originalidad trae consigo la expresión artística, un arte revolucionario, de tendencia al movimiento a la superación de los momentos presentes de los actos establecidos como estándares culturales y artísticos. Un acto de arte original, y por ende un acto humano originalidad se aleja de la pretensión, pues nace de la pura concepción del individuo y de la persona que gesta la idea hasta lograrla en acto, es así que el acto original se transforma, sin premeditaciones, en un acto violento de transformación, pues se suscita como un hecho inmediato que ante el espectador se vuelve un hecho violento, se transforma en un cuerpo arrojado al lecho del abismo, un abismo que se manifiesta en el presente del espectador.

¿Cómo muere la originalidad?

La originalidad no es algo que se consiga de inmediato, pese a que nace de manera natural requiere de alimentación, de práctica, de un talento natural, pero aquello no es fácil, para ello falta alejarse de las distracciones sociales, y en el caso contrario, el de su muerte, requiere de una suma mínima de distracciones sociales, de problemas personales, de entrar en la generalidad y el mecanicídio de la cotidianidad.

¿Qué se busca con la muerte de la originalidad?

Una cantidad menor de pensadores es una cantidad menor de personas dispuestas a preguntar por qué, de juzgar con razón lo que sucede a su alrededor, las sendas que se le han impuesto, los límites y las libertades que le son dadas por la autoridad. Una mente que cuarta su pensamiento y que más allá de eso, se une al pensamiento generalizado, acepta las ideas de una manera más fácil, no se obliga a pensar, a asimilar, ni siquiera intenta comprender lo que pasa a su alrededor, las noticias publicadas en los medios de difusión se vuelven comida procesada, comida enlatada y reproducida al por mayor, en las facilidades domésticas de las personas.

El pensamiento generalizado mata la creatividad, mata la originalidad y por ende mata toda expectativa de arte, lo cual se resume en la caída del espíritu, pese a ello el hombre controlado, el hombre que cede su creatividad necesita del arte, y para ello, para un pensamiento reducido y generalizado bastan unas cuantas imágenes en alta definición y lo que hoy en día se conoce como el seudo-arte, el cine comercial, los programas y series repetitivos y sin profundidad, sin trama, música pegajosa de coros repetitivos, y expresiones que no implican que el cerebro se desgaste que el cerebro vaya más allá buscando dentro de las capas del guion y las fotografías, que vaya dentro de la trama y se encuentre con el abismo de los personajes, que intente descubrir ritmos e instrumentos que parecen ocultos y que son el secreto de una buena melodía.

Conclusión.

La reducción del pensamiento en el individuo y el cese de la intención artística de una población provocan la carencia de espíritu, la reducción de su inteligencia y de su expectativa, la visión del mundo se vuelve algo plano, busca una sola finalidad, hay un solo camino y aquel órgano atrofiado, como todo lo que no se ejercita, termina muriendo tras calambres, termina siendo de una flaqueza tal que al mirar en retrospectiva, se vuelve una tarea casi imposible el volver a usar ese músculo, ese miembro tan importante, de tal forma, la muerte de la originalidad en la población, es el camino hacia el pensamiento generalizado, la muerte de todo ojo crítico, la aceptación de un camino único, la unidimensionalidad (controlada) del individuo y por lo tanto de una sociedad, y aún peor que eso, la muerte de la originalidad de una población es la muerte del cerebro de esa población.

3.4.15

No somos entendimiento, somos conocimiento.

El solo entender los fenómenos nos remite a la vivencia apática, a una vivencia contemplativa que cesa el pensamiento, que cesa aquello que nos puede llevar a la realización del ser, en el solo entendimiento el humano pasa por la vida, viaja a través de ella.

Cuando se llega a la comprensión, que no es más que la vivencia de un fenómeno más su entendimiento racional, el humano encuentra en ella su reflejo, encuentra en ella las posibilidades de modificación, el sentido inmediato y real de un instante, al comprender la realidad, al comprender los fenómenos implicados en dicha realidad, se puede vivir en la plenitud y rozar con ello la posibilidad de trascendencia.

Es una necesidad y una virtud humana la comprensión, mientras que el entendimiento es una cualidad intrínseca del cerebro, la parte base que remite la razón a la búsqueda, la búsqueda de un más allá. 

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El solo entender nos remite a el saber inmediato a la intuición al instante en que el fenómeno es tan solo presenciando, en esa presencia inmediata el ser no existe, el ser es en conjunto con el todo, el ser en ese entendimiento es solo presencia, se funde con el resto de la naturaleza, con el resto del fenómeno sin llegar a la s, simultaneidad llegar a la comprensión del fenómeno.

Es entonces, en el instante en que la intuición del momento y el ir más allá del entendimiento del fenómeno que el ser comienza su viaje, es el ser entonces en la comprensión del fenómeno ya una presencia viva, ya una expresión que llega y alcanza la simultaneidad de la vida y del momento presente.
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30.3.15

Siendo lógicos.

Siendo lógicos, la lógica no tiene lógica alguna.

La razón sostiene a la razón.

El sentido lógico de una verdad es a la vez su sostén, su demostración, la lógica tiende a llevar todas las demostraciones a una formalidad, no a la realidad misma, puesto que la lógica explica todo principio guiado de un procedimiento, de una sucesión de pasos que son en todo sentido consecutivos, simples y de invariable resultado. 

Pero qué pasaría si la realidad no fuese esa lógica, si la lógica tan solo fuera la manera en que el humano puede interpretar un trozo de la realidad, toda lógica carecería entonces de valides para demostrar el mundo, para explicarlo, mas no para entenderlo y dominarlo. Es decir, la realidad humana es una, solo existe una realidad y está es la presencial (momentánea o corriente), una realidad general por la que todos anda, esa realidad tiene la característica de ser entendida o racionalizada (que no es lo mismo que racional), entonces la realidad se entiende, se procesa, se manipula, pero el problema viene cuando esta realidad se trata de explicar  o demostrar, es allí donde la lógica se vuelve en constantes paradojas de las que no puede deslindarse, que no puede negar o afirmar, es cuando surge la pregunta ¿La realidad funciona de forma lógica? ¿Por qué nuestro entendimiento parece ser estructurado por la lógica y dominado por ella, mientras los principios de la naturaleza, aún principios básicos, caen en el campo de las paradojas?

Tal pareciera que es una broma, por un lado el ser humano no ha alcanzado el potencial suficiente para prescindir de esta lógica o para formular demostraciones que prescindan de la lógica, que encuentren un camino ¿Qué camino?, parte de un sentido del cual carecemos o un entendimiento inasequible hasta el momento para el humano.

29.3.15

El viaje en el tiempo es imposible porque todo tiempo es presente.

Qué es el futuro sino la expectativa, que es el pasado sino la memoria, que es el presente sino la memoria inmediata, y dónde queda el ahora, qué es el ahora y dónde se encuentra. El ahora es la intuición primera, el golpe en la cara antes de preguntarse de dónde vino aquello, de quién fue el puño que se estrelló en la cara, ese es el ahora, y en ese ahora no se puede vivir, no hay espacio para vivir el ahora, la vida se tiene que recorrer, la vida tiene que ser presente, y presente siempre.

El pasado figura como lo sucedido, lo ya pasado; figura de modo objetivo como el recuerdo histórico de una sociedad o de la humanidad entera, figura también, como todas las pruebas, teorías y especulaciones de las causas, el pasado es historia, el pasado es también recuerdo, pero sobre todo el pasado es causa, es la causa del presente y por lo tanto la causa del ahora.

Así que el pasado tanto es cierto como incierto, tanto es verdad comprobable como teoría del posible ahora, el pasado tanto es recuerdo como la composición del deseo presente, y más allá es la necesidad de explicación, el pasado es el tiempo que da la razón al presente y por lo tanto es un camino incierto que no vive en sí, sino que vive en el presente. Hacer uso del pasado, como función, es traer aquello anterior al presente, gestando entonces un nuevo pasado, el pasado en el presente, se crea una divergencia del pasado, pues está por un lado el pasado primero y luego un nuevo pasado rectificado en el presente, que no sólo contiene sus causas fundamentales, sino que también, incluye las causas del presente en el cual es revisado. Así el pasado en sí no existe, sólo estas capas de pasado que constantemente son modificadas por la mente, que son teorizadas, releídas y reestudiadas con la interpretación presente, con una mente y un pensamiento que ya no son los mismos que en el momento del suceso, sino que pertenecen a un nuevo momento y diferentes circunstancias.

Así el viaje al pasado, como ficción, invita a creer en la inserción del humano en un momento anterior de tiempo, un espacio diferente, para lo cual tendrían que pasar dos cosas: 1) el humano insertado en ese “nuevo tiempo”(para él nuevo) tendría que tener la concepción de sí en un momento anterior, es decir, garantizar que su pasado fuese el futuro del lugar en que es insertado, lo cual en sí carece de lógica, puesto que a partir de ese momento aquel supuesto futuro del cual viene no sería más que su pasado, un pasado propio, una ilusión propia algo indemostrable e incomprobable de manera social. Creer que su pasado es futuro convergería en la idea igual de absurda de creer que su presente es pasado de su pasado presente, una ambigüedad absoluta de la concepción psíquica de ese humano; 2) todo pasado vivido por aquel humano inserto es un presente, podría ser pasado para otro sujeto, pero siempre sería presente del viajero, por lo tanto un humano no podría viajar a su pasado, en todo caso, viajaría al pasado de algún otro humano, en todo caso si viajara a su pasado, si puediera cambiar su edad por la de él años atrás en realidad no viajaría al pasado pues estaría reviviendo, viviendo nuevamente, pues su consciencia no le permitiría efectuar las mismas acciones, sino, nuevas acciones en la consciencia de vivir de nuevo algo, lo cual no figura como un pasado absoluto, sino como un presente nuevo para él, un ahora distinto.

Por otro lado el futuro no es la consecución del presente, lo que se llama futuro es la imagen del presente proyectado en alguna de sus consecuencias, el futuro existe en la imaginación; al mismo tiempo que se genera la idea de futuro o de lo esperado se crea en la mente presente un pasado de lo imaginado una función del futuro como pasado o como idea pasada. El papel tanto del pasado como del futuro son ejercicios del pensamiento, diferente a la experiencia o el conocimiento que nada tienen que ver con las funciones de pasado o futuro, es decir, el conocimiento empírico y su ejecución difieren de la función de proyección de un futuro tal cual se plantea aquí, pues si bien todo ejecución de conocimiento empírico (y teórico en ciertos casos) prevé una expectativa de reacción no es una proyección completa del individuo en ese escenario sino la reacción del objeto.

La proyección de las consecuencias de una acción presente es un objeto imaginario, por lo tanto irrealizable, pues aun teniendo el conocimiento empírico o teórico de lo que puede pasar no es posible visualizar la cantidad de elementos transformados por esa consecuencia, o las implicaciones no inmediatas de esa acción, es entonces el futuro una figura irreal y más allá de esto, irrealizable, lo que al final queda de aquella proyección es la expectativa del resultado.

Como ficción, el viaje de un humano al futuro implicaría que tal futuro existiera en sí, lo cual implicaría que el tiempo es un objeto estático que no depende de la consecuencia del presente del individuo, sino que está más allá de su acción, por lo tanto el individuo tendría que no existir en el presente para poder llegar a ese hipotético futuro, una vez cumplido esto el futuro no sería tal, pues el humano inmerso en ese tiempo estaría representando el presente y no un futuro, podría ser el futuro de un objeto o de otro individuo, pero no su propio futuro, lo cual sucede constantemente, pues un humano inmerso en este tiempo en este momento está en el futuro de un objeto visto en tiempo atrás, es decir, si este humano puede reconocer la acción pasada de alguien o algo, y luego vive el presente, en realidad está viviendo el futuro de ese recuerdo, está en el futuro de tal objeto o de algún otro individuo. Pese a este juego temporal, el viaje de un individuo a un futuro meramente objetivo que lo incluya es igual de imposible que el viaje a un pasado que también lo incluya, el humano, sea cual sea su cualidad, está irremediablemente inmerso en el momento y en el presente sin posibilidad de escape.

24.3.15

Estereotipos y clichés como estructura de una sociedad.

Siguiendo con la receta de palabras sin uso ni destino, sigo decido a escribir la siguiente teoría alocada.

Todo inicia con la propaganda y la manipulación de las masas consumistas, de las masas productoras, que son al mismo tiempo las masas dirigentes.
Las masas son un gran toro, una bestia enorme que se irrita a la menor provocación, que no teme actuar, incinerar, la masa es violenta pero al mismo tiempo puede extender un amor infinito, sentir una misericordia interminable y traer una paz intolerable.

Pues bien, esta masa, ese gran monstruo que ha movido el mundo en el último siglo es también una masa sin inteligencia inmediata y sin una comprensión clara de lo que sucede, se podría decir que sólo es gobernada por su inercia y al mismo tiempo sufre de una resistencia enorme, pues la bestia como una nave espacial, necesita quien la dirija, no quien la gobierne, pues las masas en estados enérgicos y despiertos es ingobernable, pero no incontrolable.

Pues bien, un brazo enorme que procura el control de las masas es la opinión pública, los líderes de opinión y el objetivo de tal opinión.

Para gestar la opinión pública hacen falta cinco ingredientes, público, un medio de difusión, una idea, un objeto sobre el cual recaiga la opinión y un lider de opinión con la credibilidad suficiente para permear al público sobre la idea de que el objeto es de tal o cual manera. Por decirlo de alguna otra manera, la meta es transformar el objeto por medio de la idea en algo distinto a lo que había sido hasta entonces, el medio es la herramienta, el publico el lugar donde reside la idea (imagen tradicional) del objeto y el líder un catalizador para modificar el estado del objeto.

Tanto el objeto como el público tienen que ser alcanzables en masa, tienen que ser categorizados para pueda ser dirigida la idea, aunado a esto es necesario un estereotipo previo (cliché) del objeto de tal forma que pueda ser entendido por la masa para luego ser modificado y establecido como un muevo estereotipo o cliché.

Así la opinión pública tiene la finalidad de cuadrar a los individuos de una sociedad (categorizarlos y hacer de ellos una masa homogénea), evitando toda expresión de originalidad y absorbiendo los rastros de la originalidad positiva, aquella que logra transformar el medio. Método que trata de volver todo lo original un cliché, nombrando a sus portadores de forma despectiva y luego introduciéndolos en los medios con sus características comunes, en fin, trata de cuadrarlos quitándoles esa originalidad.

Es así que la estructura social no puede prescindir de los estereotipos y clichés.